sábado, 1 de diciembre de 2007

Siempre hay un final.


Aun conservo la bandera que me regalaste de niño…aquella que pa que me sintiera un cadista más me compraste, en el primer partido q fui a ver contigo…Siempre norte, tanto, como la antagónica de tus raíces… Aun conservo la imagen de tu compañera esperando el soplo a que terminaras de marchar… Aun guardo las lecciones que por siempre me enseñaste… sigo pensando que Cádiz perdió un trozo de sí …

Conservo de ti una imagen, sentado como siempre en tu butaca, viendo pasar las nubes desde tu balcón…mostrándome las fotografías que quedaron en el ayer, aquellas de capataz…donde quedaron esos planes, esos viajes cruzando las fronteras que soñabas como siempre junto a compañera… Y dime porque razón, me rebosa el alma, la ilusión, cuando entro en casa, y la veo sentada, enseñándome la tarea, como me lee su nombre… como empieza a saber a escribir sus recuerdos junto a ti… y tú q no lo ves…

Y yo, que como todos menos tú, sabíamos el final del cuento, fui inventando delante de ti una nueva historia para que continuaras imaginando tus aventuras después de aquello…para que no vieras el verdadero final de la película… Y yo, de nuevo…ver por todas las esquinas a aquella mujer, derramando mares por sus mejillas, derrochando lamentos por todas sus costuras… divagando como sería la soledad de casa en invierno, … en fin… y otro nuevo día ser yo capaz de mirarte a los ojos, y hablar de fútbol, de carnaval…y cual soplido traicionero no avisarte de la verdadera cuenta atrás… tal vez así fuera mejor…

Y con a asfixia del día, llego el frío aire de norte…(en Cádiz menos mal que está de paso… )se llevo al irse también tus sentidos, ese aire, tan fresco y seco, como el de la sierra...como la de la sierra de Grazalema…esa señora, la tuya, que aun sigue arrojando soplos de aire …por ti…

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