jueves, 28 de octubre de 2010

need.

Necesito que me salves esta noche. Aunque nos sepamos unos extraños y mis manos griten otros nombres. Aunque mis labios sean tan amargos y calientes. Que me salves de resacas y estacas. Que derrames tu cuerpo sobre mi pecho, no hablar de “te quieros”, vivir después de muerto y renacer en el cielo de tus besos.
Porque a veces regalas cientos de locuras, ofreces universos, y vacaciones por planetas. A veces tocas a versos y acaricias a besos. Compartes sueños y amaneceres.
Kilómetros y tempestades. La vida y playas vacías… Pero lamentablemente, a veces te olvidas de que hay personas que no se atreven a soñar...

Y lo sé, no soy un santo, y ya me bajé del altar, no creo en ofrendas ni milagros. Nunca fui un bienaventurado y siempre renegué de ortodoxos beatos. De hecho tengo claro que entre la vida y yo solo hay sexo oral…

Pero necesito que me salves esta noche, seas quien seas…

martes, 5 de octubre de 2010

llueve.

Día de preinvierno de manual. Llegan las lluvias, y con ellas mis manos heladas. Y la mirada tan caliente que parece congelada. Los labios cortados y pisar charcos. Diluviar las calles sin paraguas y mojar el alma. El corazón entumecido, los recuerdos latentes, llegan las tardes de apretar los dientes y besar el frío. Ya no hay por las mejillas escarchas de lágrimas secas, ni los huesos crujen ya contra las aceras. La vida me ha hecho así. Porque solo soy el resultado de mis circunstancias, y mis circunstancias, el resultado de vivir. Por eso.
Me he instalado a vivir al filo de la navaja, porque me gusta que la vida marque de arañazos mi espalda. Ser un ludópata pirómano y jugar con fuego. Incendiar unos ojos a cinco grados bajo cero. Quemarme y calentar mis manos con tu cuerpo. Ser el chico más inconsciente del barrio que no sabe escupir te quieros. Ser un vampiro y morder tu cuello, morirme después de muerto y revivir a besos. Y besos manchados de labios, y labios de pasta de dientes. Dormir calientes, y tocar la guitarra en tu espalda.
A veces no hay nada mejor que soledad para encontrar compañía.
Y a veces no hay mayor felicidad que caminar bajo la lluvia y sin paraguas. Y que me acompañes...


Me apetece trasnocharte. Y a ti?